9.6.06

Morir de amor

Don Benito Pérez Galdos es llamado con toda razón el padre de la novela moderna en 1878 publico Marianela.
Marianela es una pobre huérfana de dieciséis años que vive recogida de caridad en casa de la familia Centeno. La jovencita, encierra dentro de un cuerpo esmirriado y feo, un alma hermosa que le gana el cariño de Pablo Penaguilas, rico joven de la villa al que sirve de lazarillo.

Pablo, que solo puede ver con los ojos del espíritu, imagina que las bellezas del alma de Marianela coinciden con las de su apariencia física y piensa que la Nela es tan hermosa por fuera como por dentro. Esta comunión espiritual une a los dos jóvenes y la Nela llega a no concebir la vida sin el cariño de su señorito.

Un día llega al pueblo un celebre oculista; el doctor Teodoro Golfín. Interesado por Pablo lo examina y declara posible su curación. Un verdadero calvario se inicia entonces para Marianela que sabe que cuando el joven recobre la vista, llegara el final de todos sus sueños .La situación se complica mas con la llegada de Florentina, bellísima prima de Pablo.

El éxito corona los esfuerzos del oculista; Pablo recobra la vista. Al saberlo, Marianela desaparece del pueblo horrorizada de que el ciego pueda ver su fealdad. Sorprendida por el medico en el momento en que trata de quitarse la vida arrojándose desde la cima de la Trascava, es conducida a la casa de Pablo y al aposento de su prima.

Durante este tiempo Pablo se ha enamorado de la bella Florentina, cosa que presiente la pobre huérfana quien cae gravemente enferma .Pablo ignora la situación de la Nela y un día baja al cuarto de su prima. La penumbra del aposento y la falta de costumbre de Pablo de ver en derredor, hacen que no se de cuenta de la presencia de Marianela y se dirija a su prima que cose al otro extremo del cuarto y le hable apasionadamente.

Pablo descubre en el fondo de la habitación al medico y a la enferma, y se aproxima a ellos. La Nela, al sentir sobre si la curiosa y asombrosa mirada que le dirige aquel al que adora, siente tal impacto que muere. No se sabe si de vergüenza, de celos, de despecho, de tristeza de amor, contrariados.

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