8.1.06

La raiz del mal

I
En todas partes, dos o tres hombres de cada mil, no haciendo nada por si mismo, comen y beben en una semana lo que hubiera alimentado a cientos por un año; usan adornos que cuestan miles de duros; viven en palacios que podrían albergar a miles de trabajadores, y gastan en sus caprichos el fruto de miles y docenas de miles de días de trabajo. Los otros, sin dormir y sin comer, trabajan con esfuerzo, arruinándose su salud física y moral en beneficio de esos pocos escogidos.

Para algunos hombres, cuando van a nacer, se prepara una partera, un medico, a veces dos; un ajuar con cientos de camisetas y pañales con cintas de seda, y cunas de balanceo .Otros, la inmensa mayoría vienen al mundo en cualquier parte y de cualquier modo, sin ayuda; son envueltos en sucios harapos, echados en la paja en cunas de madera, y se alegran sus padres cuando mueren.

A algunos se les enseñan todos los conocimientos científicos adaptados al espíritu del niño, y a otros los mas groseros ultrajes y las mas atroces supersticiones.
Unos pasean en caballos vigorosos, bien alimentados, por gusto; otros trabajan de mala manera con bestias medio extenuadas, y por necesidad andan a pie. Unos buscan cosas que hacer para sus ocios; otros no tienen tiempo de limpiarse, lavarse descansar, conversar, ni ver a sus familias.

Unos pueden leer cuatro idiomas y recrearse a tiempo con los pasatiempos mas variados; otros no conocen las letras y no tienen mas placer que beber.
Unos saben todo y no creen nada, otros no saben nada y creen todos los absurdos que les dicen.

II
¿Es esto como debe de ser?
Si existen un amor y una sabiduría suprema que presiden el mundo, si hay un Dios, El no puede sancionar tal división entre los hombres: que unos no sepan que hacer con su superflua riqueza y disipen sin objeto los frutos de la fatiga ajena, y que otros enfermen y mueran prematuramente, o vivan una existencia miserable de trabajo aniquilador.

Si hay un Dios, esto no puede, no debe ser .Si no hay un Dios, aun desde el mas sencillo punto de vista humano un sistema que fuerza a la mayoría de los hombres a arruinar sus vidas con objeto de que una pequeña minoría pueda poseer riquezas superfluas –riqueza que los perturba y los pervierte, -es un sistema de vida absurdo porque es pernicioso para todos los hombres.
III

Entonces ¿Por qué viven así los hombres?

Puede uno comprender que los ricos, acostumbrados a su riqueza, y sin ver claramente que la riqueza no da la felicidad, traten de sostener su posición .Pero ¿Por qué la enorme mayoría en cuyas manos reside todo el poder, y que piensan que la felicidad esta en los ricos, porque viven en la pobreza y se someten a la minoría? ¿ Porque todos los hombres ,fuertes por su vigor físico , por su habilidad por el habito del trabajo-la enorme mayoría de la humanidad -porque se someten y obedecen a un puñado de hombres débiles-incapaces por regla general, de nada y afeminados ?
IV
¿Por qué no pertenece la tierra a los que la trabajan, sino a los que no la trabajan? ¿Porque solo un pequeño numero de hombres disfruta de los tributos recogidos a todos, y no todos los que pagan los tributos? ¿Porque pertenecen las fábricas, no a los hombres que la construyen y en ellas trabajan, sino a un pequeño numero de hombres que ni las han construido ni trabajan en ellas?
La respuesta corriente a la pregunta ¿Por qué los que no trabajan poseen la tierra de los trabajadores? ; es que la tierra se les ha concedido por sus servicios, o que la han comprado con el dinero que han ganado .La respuesta usual a la pregunta :¿Por qué algunos hombres –un corto numero de trabajadores,-no directores y sus auxiliares-toman para si la mayor parte de la riqueza de las clases de las clases trabajadoras y usan de ella según sus caprichos?, es que los hombres que se aprovechan del dinero recaudado al pueblo , lo gobiernan y lo defienden y establecen entre ellos el orden y el bienestar .La respuesta corriente a la pregunta :¿Por qué los no trabajadores ,las clases ricas ,están en posesión del producto y de los instrumentos de trabajo de los trabajadores?,es que el producto y los instrumentos de trabajo han sido han sido ganados por ellos o por sus antepasados.
Y todos estos hombres –propietarios y funcionarios del Gobierno, comerciantes y dueños de fabricas –creen sinceramente que su posesión es perfectamente legal y que tienen derecho a ella .Y sin embargo la propiedad de la tierra, ni la recaudación de los impuestos y su aprovechamiento, ni la posesión, ni la posesión del producto e instrumentos del trabajo por los hombres que no trabajan, tiene la menor justificación. La tierra-como el agua, o el aire, o los rayos del sol –es una condición indispensable para la vida de todo hombre, y, por tanto, no puede ser propiedad exclusiva de uno. Si la tierra, y no el agua, el aire o la luz del sol, ha venido a ser objeto de propiedad, no es porque la tierra no sea una condición indispensable de la existencia de todo hombre, que no puede por tanto, apropiarse, sino porque no es posible privar a los hombres del agua, del aire o de la luz, mientras que es posible privarlos de la tierra.
V

El derecho a la tierra es equivalente al derecho que pueden cobrar los bandidos en un camino del que se han posesionado, y por el que no dejan transitar sin pagar pasaje.

Menos aun puede encontrar una sombra de justificación el derecho de los gobiernos a imponer los tributos. Se dice que estos se aplican a la defensa del estado contra los enemigos extranjeros, al establecimiento y defensa del orden interno y a la organización de instituciones sociales, necesarias para todos.
Pero en primer lugar, los enemigos extranjeros hace tiempo que han dejado de existir, según las declaraciones de los mismos gobiernos; aseguran todos a sus súbditos que no desean mas que la paz .Entonces ¿contra quien tenemos que defendernos?
En segundo lugar, en cuanto a dar dinero para el establecimiento del orden interno y de las instituciones sociales, debe uno estar seguro de que la gente que va a establecer este orden lo hará realmente, y también de que este orden sea bueno y de que las instituciones sociales propuestas sean realmente requeridas para la comunidad.
Si, por el contrario, como ha sido el caso siempre y en todas partes los contribuyentes no creen en la capacidad ni en la honradez de los que sostienen el sistema, y además consideran el sistema malo, y las instituciones propuestas totalmente inadecuadas a sus necesidades, entonces es evidente que no puede existir derecho a imponer tributos, sino solamente violencia.
Las justificaciones de los llamados derechos de propiedad de los no-trabajadores sobre el producto de trabajo de otros, están igualmente desprovistas de fundamento.
Los derechos de propiedad, qué son llamados los sagrados derechos, son defendidos por el argumento de que la propiedad es el resultado de la economía y de industriosas actividades útiles a la humanidad. Efectivamente: no hay más que examinar el origen de todas las grandes fortunas para convencerse de lo contrario.
Las fortunas se adquieren siempre o por violencia, que es el medio más general, o por avaricia, o por alguna enorme villanía, o por estafa crónica, como en el comercio. Cuanto mejor es un hombre, tanto más seguro esta de perder su riqueza; y cuanto es peor, tanto mas seguro esta de conservar y aumentar su fortuna.
Por lo tanto el derecho por el cual el rico tiene la propiedad de la tierra ,la apropiación del fruto de las fatigas de otro, y la exacción de los impuestos, no tienen nada en común con la justicia, y las tres están basadas tan solo en la violencia y sostenidas por la fuerza militar.
León Tolstoy.

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