26.4.07

El faro de Alejandría

Hoy les transcribo un texto realmente hermoso de José Enrique Rodó que me acabo de leer y esta ,muy bueno.

El Faro de Alejandría.

El primero y más grande de los Tolomeos se propuso levantar, en la isla que tiene a su frente Alejandría, alta y soberbia torre sobre la que una hoguera siempre viva fuese señal que orientara al navegante y simbolizase la luz que irradiaba de la ilustre ciudad. Sóstrato, artista capaz de un golpe olímpico, fue el llamado para trocar en piedra aquella idea. Escogió blanco mármol; trazo en su mente el modelo simple, severo y majestuoso. Sobre la roca más alta de la isla hecho las bases de la fábrica, y el mármol fue lanzado al cielo mientras el corazón de Sóstrato subía de entusiasmo tras él. Columbraba allá arriba, en el vértice que idealmente anticipaba, la gloria. Cada piedra, un anhelo; cada forma rematada, un deliquio. Cuando el vértice estuvo, el artista, contemplando con éxtasis su obra, pensó que había nacido para hacerla. Lo que con genial atrevimiento había creado era el faro de Alejandría, que la antigüedad contó entre las siete maravillas del mundo. Tolomeo, después de admirar la obra del artista, observó que faltaba al monumento un último toque, y consistía en que su nombre de rey fuera esculpido, como sello que apropiase el honor de la idea, en encumbrada y bien visible lápida. Entonces Sóstrato forzado a obedecer, pero celoso en su amor por el prestigio de su genio, ideó el modo de que en la posteridad, que concede la gloria, fuera su nombre y no el del rey el que leyesen las generaciones sobre el mármol eterno. De cal y arena compuso para la lápida de mármol una falsa superficie, y sobre ella extendió la inscripción que recordaba a Tolomeo; pero debajo en la entraña dura y luciente de la piedra, grabo su propio nombre. La inscripción, que durante la vida del Mecenas fue engaño de su orgullo, marcó luego las huellas del tiempo destructor; hasta que un día con los despojos del mortero, voló hecho polvo vano, el nombre del príncipe. Rota ya aventada la máscara de cal, se descubrió en lugar del nombre del príncipe, el de Sóstrato, en gruesos caracteres, abiertos con aquel encarnizamiento que el deseo pone en la realización de lo prohibido. Y la inscripción vindicadora duró cuanto el mismo monumento; firme con la justicia y verdad; bruñida por la luz de los cielos en su campo eminente; no más sensible que a la mirada de los hombres, al viento y a la lluvia.

Un arranque de sinceridad y libertad que te lleve al fondo de tu alma, fuera del yugo de la imitación y la costumbre, fuera de la sugestión persistente que te impone modos de pensar, de sentir, de querer, que son como ritmo isócrono del paso del rebaño puedan hacer de ti lo que la obra justiciera del tiempo verificó en la inscripción de la torre de Alejandría. Deshecho en polvo leve, caerá de la superficie de tu alma cuanto allí es vanidad , adherencia, remedo ; y entonces, acaso por primera vez, conocerás la verdad de ti mismo .Despertaras como de un largo sueño de sonámbulo .Tu hastío y agotamiento son quizás, cual los de muchos otros , cosa de la personalidad ficticia con que te vistes para salir al teatro del mundo ; es ella que se ha vuelto en ti incapaz de estimulo y reacción .Pero por bajo de ella reposan , frescas y límpidas, las fuentes de tu personalidad verdadera , la que es toda para ti; apta para brotar en vida, en alegría, en amor, si apartas la endurecida braza que detiene y paraliza el ímpetu. Allí está lo tuyo y allí no es el esquilmado campo que ahora alumbra el resplandor de tu consciencia .¿Porqué llamas tuyo lo que siente y hace el espectro que hasta este instante uso de tu mente para pensar, de tu lengua para articular palabras, de tus miembros para agitarse en el mundo, cuyo autómata es, cuyo dócil instrumento es, sin movimiento que no sea reflejo, sin palabra que no sea eco sumiso ?¡Ese no eres tú!¡Ese que roba tu nombre no eres tú!¡Ese no es sino una vana sombra que te esclaviza y te engaña , como aquella otra que mientras duermes ,usurpa el sitio de tu personalidad e interviene en desatinadas ficciones ,bajo la bóveda de tu frente !

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Más sutil en las divagaciones no se podría ser, de cualquier modo, supervivió bajo el arco del tiempo una realidad primigenia y auténtica. Cuantos otras pérdidas se ocultaron, se ocultan asfixiadas por la vanidad de unos pocos, diseccionando lo que debería ser en dos partes salomónicas. Pero ambas para él.

Anonimato es la rendición de la inteligencia y de la prosperidad. Aunque te den un tiro en la testa, como a un pájaro. Asómate, más que nada por ver qué hay.

Saludos,

Van.

ReinaDeSalem dijo...

Me ha encantado conocer la historia del Faro de Alejandría. Ha sido un enorme placer.

Sí..., del mismo modo que está ese primer nombre esculpido en polvo, lo está también esa imagen, esa presencia que tantas y tantas veces damos, o pretendemos dar..., o quizá alguien nos otorga.

Y..., sin duda alguna..., ésa termina cayendo por su propio peso y va dejando camino libre a lo que tras ella existe, que no es más que..., la realidad.

Mil besos.

Anónimo dijo...

me gusta mucho como se fueron hilvanando ideas en este texto, gracias por compartirlo!
saludos!

JP dijo...

Ahh a ese Faro si lo conocìa , lo habìa sentido nombrar , Pero que linda la historia . Saludos

Rickybolso dijo...

Estimado amigo timur.

No se si eres Uruguayo, pero si hay algo muy cierto que cualquier Uruguayo en los 40 ineludiblemente conoce esta bellisima parábola De Don Jose Enrique Rodo.

Para quien no conoce su obra me permito recomendar con orgullo la lectura de la obra completa de "parábolas" de J.E.Rodo.
Donde descubrirán mas de una bellisima parábola.
Saludos.