26.11.06

La visión cósmica del mundo de los aztecas, el misticismo guerrero y una gloriosa visión de la muerte. (2/X)

El quinto Sol; el Sol del movimiento
Destruido el universo cuatro veces consecutivas por las pugnas de los dioses, se preocuparon estos por poner fin a tanta desgracia. Fue entonces cuando se reunieron en Teotihuacan para dirimir sus diferencias y dar principio a una nueva edad, la quinta de la serie, en la que habían de nacer los hombres actuales .Esta quinta edad, que recibio el nombre de sol de movimiento fue el resultado de la intervención y el sacrificio de varios dioses.

El primer empeño de los dioses fue cimentar de nuevo a la tierra. Trajeron para esto a la que llegaría a ser la diosa de la tierra. Era una especie de monstruo lleno por todos lados de bocas y ojos. Transformándose en serpientes dos de los Tecazlipocas, circundaron a la diosa de la tierra, apretándola con tal fuerza que la partieron en dos. De una de sus mitades hicieron la superficie de la tierra y de la otra la bóveda celeste. Hecho esto para compensar de algún modo el daño que le causaron, dispusieron los dioses que de ella nacieran todas las cosas. De sus cabellos se originaron los árboles, las flores y las hierbas. En su piel brotaron las hierbecillas. De sus múltiples ojos se originaron las fuentes y las cavernas pequeñas. De su boca nacieron los rió y las cavernas grandes. Las montañas y los valles provinieron de su nariz y sus espaldas. Así de la diosa fue surgiendo todo lo que existe.
Restaurada la tierra, los dioses reunidos en la ciudad de Teotihuacan, se preocuparon por formar de nuevo el sol, la luna y los se res de humano, y su alimento de estos últimos.
Aun era de noche, no había todavía ni luz ni calor. Tales son las palabras con las que se introduce el mito de la creación del sol en Teotihuacan. Cuatro días estuvieron allí reunidos los dioses alrededor del fogón divino .Estuvieron deliberando acerca de quien habría de arrojarse al fuego para convertirse en el astro que alumbra el día. Hubo dos candidatos: el arrogante Tecuciztecatl, “Señor de los caracoles”, y el modesto Nanahuatzin,”el bubosillo”.El primero de ellos buscando la solemnidad y la gloria, hizo ofrendas con espinas de oro y plumajes de quetzal. Nanahuatzin en cambio practicó su penitencia ritual, como la que más tarde habrían de adoptar los sacerdotes del México antiguo.
Llego por fin el momento de la prueba. Tecuzistecatl se dispuso a lanzarse al fuego para convertirse en sol, a la vista de todos los dioses. Pero el arrogante Dios lo intento cuatro veces y otras tantas tuvo miedo a las brazas encendidas .Los dioses consideraron que era ya tiempo que el humilde Nanahuatzin probara a su vez. Nanahuatzin, escuchando la invitación de los Dioses cerro los ojos y se arrojo al fuego, en el que bien pronto se consumió. Al ver esto Tecuziztecatl, tardíamente se arrojo también al fuego. El humilde dios bubosillo que fue el primero en arder, apareció al fin convertido en sol. Tecuzistecatl temeroso y tardío, solo logro transformarse en la luna. Sol y Luna aparecieron en el firmamento. Pero con el asombro de todos los dioses no se movían, Fue necesario que los dioses allí reunidos aceptaran someterse al sacrificio de la muerte, para que el sol y la luna se movieran al fin, uno durante el día y la otra durante la noche.
Así fueron restaurados y puestos en movimiento el sol y la luna, gracias al sacrificio de los dioses .Quedaba en el mito, la semilla que mucho más tarde habría de fructuar en el ritual de los sangrientos cultos religiosos aztecas. Si por el sacrificio de los dioses se hizo posible la vida y el movimiento del sol, tan solo por el sacrifico de los hombres, que desempeñaran en la tierra el papel de los dioses, podrá preservarse su vida y movimiento evitándose así el cataclismo que como en las edades antiguas podría poner fin a este sol y a este tiempo que viven los seres humanos. De igual modo que para crear el sol y la luna, así también para reestablecer a los hombres en la tierra, volvieron deliberar los Dioses. Esta vez fue Quetzacoatl, símbolo de la sabiduría divina, quien acepto ir a la región de los muertos en pos de los huesos preciosos de los hombres de otras edades .Acompañado tan solo por su nahual ,especie de doble de Quetzacoatl, desciende éste al mundo de los muertos , donde tiene que hacer frente a una serie de pruebas y dificultades que le pone Miclatencutli” Señor de la región de los descarnados”.Al fin Quetzacoatl reúne los huesos de hombre y mujer y los lleva al mítico lugar de Tamoanchan .Allí una vez más se reúnen los dioses y , después de moler los huesos en un barreño precioso, Quetzacoatl sangra sobre ellos para comunicarles la vida. Una vez más el sacrificio sangriento. Vuelve a ser el origen del movimiento y de la vida .Los hombres, como se refiere el mito, fueron llamados macehuales, que quiere decir los merecidos, porque con el sacrificio de Quetzacoatl fue posible su existencia en esta quinta edad.

Y así fue como se origino la quinta edad, la del sol del movimiento, mito que explica a la perfeccion el motivo por el que los aztecas realizaron miles de sacrificio humanos.

1 comentario:

eSgar dijo...

desconocía esas historias, esta muy interesante, conocemos historias de otras culturas, como grecia y roma y estamos tan desinformados de nuestra propia historia, chale

saludos